ADOLPHE FERRIERE
Educador, escritor y conferencista suizo, Adolph Ferriére (1879-1960) dio clases en el Instituto Jean-Jaques Rousseau, en Ginebra. Tal vez el más ardiente divulgador de la escuela activa y de la educación nueva en Europa.
Es uno de los pioneros de la Escuela Nueva, sus ideas se basaron inicialmente en las concepciones bilógicas, transformándose después en una filosofía espiritualista.
El interés del niño:
Pedagogo que propone que el fin de la educación no es otro que ayudar al niño a desarrollar y desenvolver sus capacidades, se trata de una educación libre para la libertad. Su aportación principal es la Escuela Nueva fundamentando el respeto a los intereses y necesidades del niño, la utilización de métodos activos, el desarrollo de la autonomía, el espíritu crítico y la cooperación. En este modelo educativo el aprendiz se sostiene de la movilización de los centros de interés tomados de la vida corriente mientras el maestro, tratándose de una educación “Paidocéntrica” frente a las corrientes pedagógicas tradicionales, ahora el esfuerzo no es totalmente de él ni la orientación del proceso.
Para los niños es una cuestión de honor “hacer todo solos” puesto que los mayores deben ayudar solo a los pequeños.
Se trata de asentarse en la confianza y la autenticidad.
"LA ESCUELA NUEVA"
La filosofía dela nueva educación: Ferrière fue uno de un grupo que elaboró los principios generales y desarrolló las ideas de la "nueva educación" movimiento-un grupo que incluía J. Badley, Wyneken G., O. Decroly, Demolins E., H. Lietz y C. Reddie. Estos "nuevos" defensores de la escuela fueron críticos de la literalidad escolar, el tipo dogmático de la enseñanza y las relaciones formales con los niños que caracterizaron a las escuelas oficiales, y pidieron que las reformas basadas en un conjunto diferente de principios educativos.
De acuerdo a Ferriere, las nuevas escuelas secundarias iban a tener las características obligatorias siguientes: tenían que ser internados y situados fuera de los límites de la ciudad; tamaño de las clases iba a ser de diez a 12 estudiantes, además de las ciencias, las escuelas eran para enfatizar de arte, gimnasia, juegos, deportes, salidas, excursiones, la agricultura y la artesanía, fundado en la instrucción-en hechos y en la observación del mundo material y natural de los fenómenos-iba a ser orientado hacia los intereses de los niños y sus etapas de desarrollo, y el autogobierno se creó para animar a iniciativa de los estudiantes y la independencia.
La
escuela nueva es un movimiento pedagógico que surgió a finales del
siglo XIX. Consiste en una crítica a la escuela tradicional y a su
modo de enseñanza. Critica principios tales como: el papel que el
profesor tenía con sus alumnos, siempre enfocados al poder y a la
sumisión; la falta de interactividad y la gran importancia que se le
otorgaba al aprendizaje por memorización.
Uno
de los mayores precursores es Adolphe Ferrière, quien propone una
actitud de respeto hacia los intereses del niño para que éste
desarrolle una capacidad crítica y de cooperación.
Ferrière
tuvo un contacto precoz con las Escuelas Nuevas rurales. Las
descubrió ya que dos de sus primos hermanos trabajaban en estas
escuelas emblemáticas del momento desde 1899. Por otra parte su tío,
el pastor Louis Ferrière publicó un estudio sobre ellas.
Tras
conocer estas escuelas, fue uno de los principales creadores de la
“Oficina internacional de las Escuelas Nuevas”. De esta manera
podría comparar y evaluar el servicio de los innovadores y de la
propia escuela pública. La oficina tuvo por finalidad establecer
relaciones de ayuda entre las diferentes escuelas, así como
centralizar los documentos que les concernían.
En
1921, en el Congreso de Calais, se creó la “Liga Internacional de
la Educación Nueva” donde Ferrèire estableció los principios que
definieron y caracterizaron a las Escuelas Nuevas. En total son
treinta principios que hacen referencia a los elementos referidos a
la educación, la organización general, la formación intelectual,
moral y religiosa, además de aspectos como valores, intereses, la
responsabilidad individual y social, la cooperación y la
coeducación.
A
modo de síntesis, en los principios del 1 al 10, se habla de la
escuela nueva como un laboratorio de pedagogía activa, caracterizado
por la coeducación, el trabajo manual en la naturaleza y la cultura
del cuerpo. En los siguientes capítulos, del 11 al 20, se especifica
que en materia de la educación intelectual, la escuela nueva
pretende desarrollar la cultura además de basar la enseñanza en las
experiencias y trabajando tanto el trabajo individual como el
colectivo. En los capítulos del 21 al 30 se destaca el modelo de
autoridad caracterizado por tener un sentido crítico gradual y
poseer un carácter de libertad. Se detalla además la existencia de
sanciones positivas (recompensas) para fomentar acciones positivas y
las sanciones negativas (castigos) se dirigen a encaminar al niño a
alcanzar la acción positiva.
Según
la Escuela Nueva, y por consiguiente, según Ferreire:
- El niño es el centro del proceso de enseñanza y aprendizaje (paidocentrismo).
- Se debe tratar al alumno atendiendo a sus intereses y necesidades individuales.
- El maestro trata al alumno con afecto y es el encargado de guiar al niño a través de la palabra.
- Se incorpora la autodisciplina, de manera que las normas sean elaboradas por los propios alumnos y sean éstos los encargados de cumplirlas.
- El contenido que el maestro imparta debe realizarse a partir de las necesidades e intereses de los alumnos. El libro es tan sólo un suplemento de apoyo.
- Las actividades deben estar enfocadas para que los niños desarrollen su imaginación y su creatividad.
- Es una Escuela Activa ya que integra todas las capacidades del niño.
- Aportaciones a la educación
APORTACIONES A LA EDUCACION
Para
este autor, la educación es el arte de promover e iniciar en el niño
el desarrollo de su inteligencia y moralidad mediante el uso de sus
intereses.
La
educación estaba conformada de tal manera que se pensaba,
erróneamente, que todos los niños se pueden interesar por todas
las materias, sin tener en cuenta que con la edad los intereses
varían. Por lo tanto, para cambiar ese aspecto, determina que el
impulso vital es la base para toda actividad y todo aprendizaje y,
por lo tanto, el deber de la educación es conservar y aumentar
ese impulso de vida y su finalidad es ayudar al niño en su
desarrollo y en potenciar sus capacidades.
Ferrière
destaca que la escuela tradicional transformó el proceso de
aprendizaje en la alegría por la inquietud, la actividad por la
pasividad y las risas por el silencio y ese hecho produjo la
desvinculación de la educación con el niño. Por lo tanto busca que
la educación se desarrolle mediante la libertad y
para
la libertad, fomentando la espontaneidad y que se centre en la
iniciativa del niño y no en el adulto.
Por
otro lado, este autor establece los fundamentos en los que se debe
apoyar la escuela:
- La educación debe tratar de asentarse en la confianza y autenticidad
- El aprendizaje se basa en la movilización de los centros de interés tomados de la vida corriente
- El trabajo individual se alterna con el colectivo
- Para los niños es una cuestión de honor “hacer todo solos” puesto que los mayores deben ayudar solo a los pequeños.
- No hay clases ni lecciones, “Todo se basa en la felicidad de aprender, de autodisciplinarse y de manifestar solidaridad”:
- Todos ponen a prueba sus cualidades particulares y las explotan en la medida de sus posibilidades.
En
cuanto a las características de las escuelas de acuerdo a Ferrière,
iban a ser de la siguiente manera: tenían que ser internados
situados en las afueras de la cuidad, las clases de diez a doce
estudiantes como máximo y las materias que se impartirían se
centraban en enfatizar el arte, la gimnasia, los juegos, la
agricultura y la artesanía. De esta manera la educación se
fundamentaría en la observación y experiencia con el mundo y los
fenómenos naturales, adaptados a las etapas del desarrollo de los
niños y cuya función era fomentar el autogobierno, la iniciativa y
la independencia.
Más
concretamente, es partidario de la enseñanza adaptada a la
diversidad. Según este autor, se debe organizar la enseñanza de tal
modo que esté secuenciada por etapas y que los programas estén en
función del logro de los objetivos. La programación deberá tener
particularidades dependiendo de si el alumno tiene un ritmo lento o
rápido de aprendizaje.
De
los métodos de aprendizaje destaca que todos se iniciarán con la
observación para despertar la curiosidad de los niños, después se
favorecerá la asociación de ideas para que desarrolle la capacidad
de generalización y finalmente el niño tendrá que expresar lo
aprendido en trabajos manuales o escritos. Por otro lado, no está
de acuerdo con las tareas para hacer en casa, ya que según él hay
que hacerlo todo en la escuela.
Como
método de evaluación él propone realizar test sencillos
individuales y además, como actividades se realizarían debates en
común para contrastar diferentes ideas y actividades libres para
promover la creatividad. Este método permite que todos los alumnos
puedan aprender a su ritmo, al ser orientada a los intereses
promoverá la participación y la disciplina y, por lo tanto, la
calidad y el rendimiento serán mayores.
Todas
sus ideas se apoyan, junto con la Escuela Nueva, en la psicología
genética. Esta provee a la educación de las leyes del desarrollo,
sus constantes, sus etapas, sus necesidades y otras aspectos que van
a facilitar la adaptación del proceso enseñanza- aprendizaje a las
características del niño.
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